domingo, 30 de agosto de 2009

¿Cristo viene? ¡Miércoles! ¡Y no me había dado cuenta! ¿Qué vamos hacer? PARTE 16


¡EL PELIGRO CONTINUA!


Bien continuemos. Pero como Gramsci sabia que una sociedad no puede subsistir sin una ortodoxia pública, es decir, con unos valores tradicionales, era indispensable y ¡Urgente! sustituirlos mediante una cosmovisión inmanente que impregne todas las instituciones que aún subsisten y para esto, se deben utilizar los instrumentos legales y judiciales los cuales serán de suprema eficacia, incluso se podrían mantener las mismas intuiciones pero sin el contenido tradicional, inyectándoles una nueva fe diferente a la que tradicionalmente se venia adelantando, mientras que por todas partes se critica el confesionalismo.


Una vez deteriorada la tradición se propone un nuevo confesionalismo con los intereses del partido de carácter agnóstico, ateo e inmanentista, es decir, un plan bien diseñado.

Dentro de esta estrategia, para este filosofo socialista el tema del cristianismo ocupa un lugar importante; si bien juzga que el cristianismo es un tema bastante deteriorado, una reliquia del pasado, poco menos que un simple cadáver ideológico, la religión del Dios Trascendente y Creador es su peor enemigo. Siendo así, el filósofo socialista debe alcanzar un inmanentismo tan riguroso que no deje espacio para la más mínima tentación de renacimiento religioso. De tal manera que el enemigo a vencer y destruir es la religión que conoció en la Italia cristiana, la religión Católica Apostólica representada en su Iglesia.


Gramsci piensa que mientras el Catolicismo siga conservando su influjo en le sentido común, no hay perspectivas para el marxismo; piensa que toda la estructura externa, todo el caparazón externo se puede mantener pero con un interior inmanentista, piensa que podrá conservar incluso el mensaje teológico, pero con un nuevo significado y he aquí la parte más importante para comprender la estrategia de este socialista.

No se trata de dejar a las masas católicas sin una concepción del mundo, pero se trata de una transformación lenta e imperceptible y por ende invisible en la cual se mina la concepción de una vivencia trascendente por una concepción inmanente lo que facilitaría el materialismo. Se debe conquistar el mundo de las ideas para ser las ideas del mundo.

Con base en lo anterior, la decadencia de la religión comienza cuando los sacerdotes y los teólogos se han inclinado a minusvalorar lo trascendente y a decidir por lo inmanente y las corrientes de la modernidad, es decir, cuando la urgencia por lo temporal desplaza el afán de lo trascendente, es cuando la salva guarda de la moral y la sana concepción de los que defienden el concepto de la persona humana, es arrebatada a la Doctrina Católica y trasladada al partido socialista. Un claro ejemplo de esto es la carta de la Tierra que la ONU nos quiere imponer desplazando los Derechos Humanos.

Uno de los resultados al terminar la primera guerra mundial era la de organizar un cuerpo de países unidos en una organización internacional representadas por sus gobiernos, lo cual se llamó desde un principio la Liga de las Naciones pero esto fue un fracaso.


Más tarde entre el 4 y el 11 de febrero de 1945 tres hombres se repartieron el mundo en importantes zonas de influencia, y si bien ante la opinión publica se prometían apoyo y colaboración mutua esto no era del todo falso pues esta pantomima entre el presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt, el primer ministro de Inglaterra Winston Chorchill y el dictador Soviético Joseph Stalin se sentaron juntos en le balneario de Yalta y además decidieron que países tendrían derecho a qué compensaciones y cuales a que castigos ante ya la próxima terminación de la segunda guerra mundial.

Una de las naciones más castigadas fue España la cual por derrotar a los socialistas en la sangrienta guerra civil española no fue admitida en la ONU aislándola injustamente de la política y la economía internacional, pues no sucumbió a lo que ya estaba planeado dentro de su futuro político y económico.

Pero en le plano puramente político, había que resolver la cuestión de la realeza Belga, el gobierno provisional de Francia, el futuro de Polonia, la guerra con Japón, la futura invasión y partición de Alemania, o la expansión de la democracia en los países totalitarios para posteriormente dominarlos, o que países serían serian del bloque socialista, el terrorífico futuro del África y el destino de sus recursos, la manipulación de América Latina y el incierto futuro de sus selvas, en fin.

Durante el tiempo que se gestó la revolución Rusa, en el mismo momento de su estallido y durante el posterior desarrollo de los acontecimiento los banqueros de Nueva York y sobre todo los que pertenecían a las sectas secretas apoyaron con gran interés y vigor el proyecto de consolidación de lo que se denominó URSS, y esto no fue sencillo ni mucho menos barato pero se debería entender que adquirir un país de colosales dimensiones y riquezas naturales debería costar mucho, pero, ¡mucho dinero!


Además al igual de lo que sucedió en la revolución francesa con los campesinos de la Vendeé, muchos rusos que al principio apoyaban la caída del zarismo lo pensaron dos veces cuando comprobaron la arbitrariedad y el fanatismo e incluso el salvajismo con el que llegaron a comportarse los bolcheviques una vez instalados en el poder; podemos determinar si temor a equivocarnos que los asesinatos sumaron más de 50 millones de cristianos, en los primeros años del gobierno de Stalin; claro, pero como es obvio de esto no hablan los periódicos ni los historiadores y mucho menos los mamertos.

De acuerdo a lo prometido durante la revolución a los obreros, quienes apoyaron la revuelta socialista, el horizonte se les ampliaba con una oportunidad en la calidad de vida nunca antes vista, pero todo había sido un engaño y esa calidad de vida que se esperaba jamás llegó. (Lo peor es que nos siguen echando el mismo cuento y tristemente seguimos cayendo en el mismo engaño) La libertad propuesta se convirtió en un avasallamiento de la persona por lo que hoy en día es una evidencia que el partido comunista ruso no es, ni fue, ni será, el defensor de los obreros, que dice ser, que los intereses de éstos le son muy ajenos y que una vez llegado al poder no se piensa sino en conservarlo. (¿El socialismo del siglo XXI?) ¿Será que si?


De tal manera que siguiendo con el tema inicial de Apocalipsis 12, tenemos el segundo actor que entra en escena, el socialismo cuyo símbolo es el Dragón Rojo.


Ahora bien, si la mujer es María es también la Iglesia Católica y el pueblo de Israel, el enemigo en conflicto es el Dragón Rojo o el Socialismo, esto ya empieza a tener relación, volvamos a (Génesis 3, 14 – 15) ¨ Pondré enemistad entre ti y la mujer entre tu descendencia y la suya, ella te herirá en la cabeza y tu le herirás el talón. ¨


Bien, hasta ahora ya tenemos los símbolos pero también debemos tener en cuenta que hay un momento histórico que permite entender de manera exacta Apocalipsis 12. Pero esto lo escribiré en el próximo texto.


Gracias. estoy un poco cansado y con sueño, más tarde continuo.


Para mis hermanitos y los del ENS en especial el glorioso


C. E. R

Que Dios los bendiga y la Virgen los proteja.






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