martes, 27 de abril de 2010

LA FAMILIA UN PEDACITO DE CIELO - 11 PARTE


LA PERSONA HUMANA - III

Bien, continúo: Como les comentaba, el hombre también se comunica con los gestos del cuerpo. Puede ser que nuestro cuerpo biológicamente se parezca al de los animales, pero el cuerpo humano posee una belleza que los animales no tienen, dado que en el caso del hombre una sonrisa rebela la profundidad de la persona, al igual que una mirada puede significar amor o desaprobación.

El cuerpo refleja la totalidad de la persona aun cuando sea distinto del alma porque es la encarnación de una persona que se aviva con su alma y no puede prescindir de su dimensión espiritual. El rostro humano es la revelación de la persona. Por ende hay una diferencia esencial lógicamente notable entre un cadáver y el cuerpo porque el cadáver ya no es persona, mientras que una vez vivo lo hace persona presente y lo realiza.

De tal manera que es la persona entera que se expresa en el cuerpo, porque en él se presenta un yo único e irrepetible, sin embargo es verdad que el conocimiento intelectual parte siempre de la percepción del agente sensible como condición de su realización en este mundo y que este agente sensible en su percepción exterior inicia en el cuerpo, es decir, los sentidos me relacionan con este mundo.

Ahora bien. El hombre no se limita a la relación con las cosas de este mundo que puede instrumentalizar. La misma labor de trabajo tiene también sus fronteras en cuanto que lo tiene que desarrollar en relación a otros seres humanos, de tal amanera, que el trabajo necesariamente tiene una dimensión interpersonal.

Esta relación interpersonal es la que le permite al hombre un estatus de igualdad con su prójimo, el hombre no puede reducir al otro a un instrumento para sus fines como lo hace con las cosas. El ser humano necesita del otro más que las cosas, por ende su relación con el prójimo solo puede ser una relación de diálogo y de amor.

J.P Sartre solía decir: ¨ el infierno son los otros ¨ ¡Que Bárbaro! Pero por fortuna los humanistas como M. Scheler y M. Buber. Le corrigieron argumentando que ¨la relación con el otro es el marco de la propia realización personal. ¨

La pregunta antropológica, decía M Buber, nace en el sentimiento de soledad, y esto lo motiva a relacionarse con el otro, se trata de percibir en el prójimo su suprema dignidad y realizar la necesidad de amar y de ser amado haciendo de la relación algo reciproco que en muchos casos da lo mejor de sí mismo puesto que está hecho para la verdad del amor.

La verdad del amor; y esa es la realidad de la persona humana, un verdadero amor que tiene en el interior de la familia el fogón o fuente inagotable del amor.

Pero es inagotable siempre y cuando los miembros de la familia, la alimenten con la verdad de su realidad como hijos de Dios.

Bien, y este es el final de este relato, espero que los haya dejado reflexionando al respecto sobre ese tesoro, LA FAMILIA. y sobre los que somos PERSONAS HUMANA.

Que Dios los Bendiga y la Virgen los Proteja.




Para mis hermanitos y los del ENS en especial el glorioso

C. E. R

Que Dios los bendiga y la Virgen los proteja










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