viernes, 12 de junio de 2009

¿Cristo viene? ¡Miércoles! ¡y no me había dado cuenta!. ¿Qué vamos hacer? 5 PARTE

¡DEBEMOS DECIDIRNO!

Hace unos 30 a 40 años, dentro de lo que podemos llamar la década de los 70s, empezó a escucharse con más insistencia, anuncios sobre las supuestas apariciones marianas, pero, ¿en realidad se estaba apareciendo la Virgen María, la Madre de Dios? Y al parecer, esa era una seria y verdadera posibilidad. La Virgen María se estaba, apareciendo en diferentes lugares del mundo, cuyo contenido en los mensajes se centraba en dos puntos concretos, 1- Un llamado urgente a la conversión de vida, a que el hombre dejara el pecado y su actitud indiferente, retornara al camino que le condujera a la salvación eterna de su alma, mediante una vida de oración, sacrificio y penitencia, pues cada vez era más profundo su alejamiento e indiferencia hacia las cosas de Dios, evidenciando una preocupante y descarada decadencia en la fe, la esperanza y la caridad en el mundo entero; y 2- el anuncio de la inminente Segunda Venida de Cristo a la tierra ; Cuyo acontecimiento extraordinario que forma parte del dogma de la fe cristiana, y que se encuentra debidamente explicado en el Catecismo de nuestra Iglesia Católica como antes lo expusimos y por ende en los Evangelios, y que por desgracia casi nadie repara en su existencia y menos aun en su cercanía, siendo esto un grave error de los que pertenecemos a la Iglesia.


Estos mensajes se convirtieron en muchos medios, un eco repetitivo a nivel mundial, pues estas manifestaciones esparcieron prácticamente en los cinco continentes, no sólo como recordatorio grave del mensaje de Fátima – Aparición de la que hablaremos en próximos escritos, como unos de los dos signos por su trascendental aviso – sino también como un llamado de atención, actual y urgente, de vivir conforme a las enseñanzas de Jesucristo contenidas en los Evangelios.


Con las apariciones de la Santísima Madre de Dios Hijo, por todo el mundo, muchos hombres y mujeres se sintieron tocados en sus corazones por el llamado materno y las masas de individuos se volcaron al peregrinaje en distintos lugares de las apariciones, tanto en Europa, América, como en los demás continentes.


Es claro, que muchas de las apariciones se han catalogado como falsas y de hecho condenadas por la Iglesia, y con mucha razón, debido al interés económico de personas inescrupulosas que se quieren aprovechar de la buena voluntad y la necesidad de la Gente. Pero muchas otras manifestaciones y apariciones son reales, tanto así que han sido reconocidas por la misma Iglesia al punto de otorgarles liturgias propias, de esto hay varios ejemplo; como Guadalupe en México, Fátima en Portugal, Lourdes y la Sallet en Francia, o Chiquinquirá en Colombia, y en todas el mensaje tiene un común denominador, ¡Convertirse!, volver a la fe, dejar la vida del pecado, volver a la oración, al sacrificio y a la penitencia, en fin.


Los mensajes de Nuestra Señora la Santísima Virgen María ahí están; los milagros de conversión, curaciones inexplicables, manifestaciones místicas de todo tipo, hechos sobre naturales y abundantes gracias que revelan el Amor de Dios por toda la humanidad, también están expuestos para el estudio e investigación de quien quiera analizar, pues toda esta experiencia mariana en más de 180 años desde 1830 con la aparición en París que nos dejó la Medalla Milagrosa, ha sido un verdadero regalo y don de Dios para que el hombre no tuviera flacas excusas de no convertirse y no culpar a su ignorancia ante lo que va a venir en los próximos años en nuestro planeta, y créanme muy próximos, pues, para quien quiere de verdad comprender, todo ya ha sido revelado.

Así pues, hermanos míos, que para quien tiene fe, ningún mensaje es necesario, pero para quien no tiene fe, ninguna aparición o mensaje es suficiente. Los signos están dados y otros están por venir, y todos se encuentran dentro del desarrollo de nuestra historia para quien los quiera estudiar, sin embargo muy pronto una gran señal alertará y sobrecogerá a esta humanidad incrédula que pronto creerá, pero, ¿creerán? Buena pregunta que pronto será respondida.


Ahora bien, en las Sargas Escrituras está contenida toda la historia del plan de salvación y por ende marcado el camino que conduce a la vida eterna, y sabiendo Dios que se acerca la época más difícil para nuestra fe, Jesucristo profetizó todo lo que ahora estamos viviendo y nos dejó un libro que nos advierte misericordiosamente para que nos preparemos. Así mismo permite que su Santísima Madre, nos venga a advertir, que si no cambiamos de vida y corregimos el camino, tendremos mucho que sufrir antes de que su Hijo Glorioso venga a este mundo, como nos lo anunció.


Por lo anteriormente escrito, haré referencia a la Sagrada Escritura en paralelo con algunas apariciones Marianas, y con algunos hechos históricos, pero, ¿es conveniente empezar a escribir sobre el Apocalipsis y las apariciones Mariana? Y la respuesta a esto es SI, definitivamente sí, toda vez que se viene cumpliendo las señales o signos de los tiempos de manera clara que nos anuncian la Parusía o la Segunda Venida de Cristo, y sobre los cuales Él mismo nos invitó a estar atentos a discernir los signos, y a escudriñarlos. Por tanto el no saber del día ni la hora de este enorme y trascendental acontecimiento no significa que no podamos precisar su inminencia, sobre todo a la luz de los múltiples hechos históricos y acontecimientos en el orden político, económico, social, natural, moral, religioso y científico.


Estar buscando fechas concretas sobre la venida de Jesús resultaría una soberana tontería y por ende, pérdida de tiempo, pero no podemos ignorar los sucesos que van a acompañar y preparar los hechos específicamente esjatológicos, pues, Jesucristo no dijo ¨ Bienaventurados los despreocupados de las señales de los tiempos porque no andarán perdiendo el tiempo, ¨ sino muy al contrario nos exhortó a estar atentos y vigilantes porque ignoramos exactamente cuándo sería el momento, razón por la cual tenemos que estar como las jóvenes sensatas con nuestras lámparas encendidas como lo dijimos anteriormente.


De tal manera que la pregunta no es cuando es el día en que llega el Señor, sino más bien ¿Cuáles son las señales indicadoras de que el tiempo está cerca, a las puertas? Y es innegable que el siglo XIX, el siglo XX y lo que va corrido del siglo XXI se ha caracterizado por un sin número de signos y señales que vienen perfectamente a responder a lo que el mismo Jesucristo nos indicó como las señales precursoras de su pronta Venida, y que expondré en estos escritos, analizando los documentos de algunos investigadores.


Así pues, apelo al sentido común de quien me quiera leer y a asumir un mínimo de postura lógica ante los diversos acontecimientos que están ocurriendo y a los que no se les puede ignorar y menos despreciar.


De tal manera que se aceptan preguntas, sugerencias y críticas, eso sí ¨ constructivas ¨.


Para todos mis hermanitos y los del ENS en especial el glorioso


C. E. R

Que Dios los bendiga y la Virgen los proteja.


¡Miércoles! Perdonen me extendí un poco, pero les prometo que en el próximo entraré en materia.







































1 comentario:

Ricardo dijo...

Carlos Eduardo, serena y sensatamente, las señales precursoras son comunes a cada época humana. Siempre podremos encontrar "coincidencias" entre sucesos y escritos apocalípticos. La invitación a la conversión es universal y la tienen todos los profetas del AT, Juan B, JESÚS, los apóstoles y la Iglesia a lo largo de los 20 siglos. Y claro! a ese llamado debemos hacer caso. Y nunca olvidar que somos caminantes hacia la muerte física (fin temporal indivual)y hacia la plenitud eterna. Un abrazo,
Ricardo