jueves, 4 de junio de 2009

¿Cristo viene? ¡Miércoles! ¡Y no me había dado cuenta! ¿Qué vamos hacer? 4 PARTE





Bueno, analizando lo que hemos escrito anteriormente debo entender que podemos estudiar en los Evangelios, una serie de acontecimientos que en la actualidad se están desarrollando, encontrándome con la sorpresa que de alguna manera están descritos en la Biblia.


De esto supongo, que la afirmación de un segundo advenimiento de nuestro Señor Jesucristo Glorificado es un hecho real y palpable, y también que Él mismo nos determinó la época de su llegada, al igual que los signos que rodearían el acontecimiento final en el cual el mal sería vencido por Nuestro Señor Jesucristo, ¨ pero de la hora y la fecha nadie lo sabe ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre, ¨ como Él mismo nos lo dice.


Uno de los textos de los Evangelios que siempre me ha llamado la atención por su claridad, es el de las Vírgenes Necias y las Vírgenes Sensatas, en San Mateo 25, 1. Este escrito se encuentra lleno de simbolismos muy dicientes en los que nos debemos fijar para estar preparados, pero, ¿Cuáles son estos símbolos? , veamos la cita. Nos dice; ¨ Sucede con el reino de los cielos lo que con aquellas diez jóvenes que salieron con sus lámparas al encuentro del esposo. 5 de ellas eran necias y 5 prudentes. Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite, mientras que las prudentes llevaron provisión de aceite, junto con las lámparas. Como el esposo tardaba, les entró sueño y se durmieron. A media noche se oyó un grito: ¡Ya llega el esposo, salgan a su encuentro! Todas las jóvenes se prepararon y prepararon sus lámparas. Las necias dijeron a las prudentes, ¡préstanos de tu aceite, que nuestras lámparas se apagan! Las prudentes respondieron, - Como, no tendremos suficiente para nosotras y para ustedes, es mejor que vayan a los vendedores y lo compren. - Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo. Las que estaban preparadas entraron con él a la boda y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras jóvenes diciendo: Señor, Señor, ábrenos. Pero Él respondió. – Les aseguro que no las conozco. – Por eso estén preparados, porque no saben ni el día ni la hora. ¨


Es claro que Cristo viene, y durante el periodo de espera debemos estar atentos pues Él nos recomienda a lo largo de sus Evangelios que mantengamos la Fe y la Esperanza y que no temamos. Pero, ¿en que condiciones debemos esperarlo? Bien, analicemos el texto anterior: nos habla de 10 jóvenes mujeres; que simbolizan la Iglesia, la cual esta prometida en matrimonio con su amado esposo Jesucristo. De esta Iglesia hay 5 jóvenes sensatas, es decir, unas jóvenes preparadas como lo predican los Evangelios y la Iglesia, ¿Preparadas en que sentido? Bien, pues preparadas en oraciones y dedicación en sus responsabilidades como miembros de la Iglesia, de tal manera que las lámparas simbolizan esa preparación, que con sus oraciones y dedicación, haciendo la voluntad de Dios fortalecen su espíritu, alma y cuerpo, para afrontar las tribulaciones sin desfallecer; esto dentro del texto que hace referencia al aceite, que es el que mantiene encendida la flama que les alumbra el caminar, es decir, Cristo es esa luz, esa flama que se mantiene encendida en las Jóvenes Sensatas o en los feligreses de la iglesia por sus oraciones, para guiarnos en el peregrinar, y la fidelidad por Dios a Dios en el gozo de su amor. Por eso nos dice que las prudentes llevaron provisión de aceite, fueron constantes en docilidad a la voluntad de Dios.


Por otra parte las jóvenes necias que estando en el seno de la Iglesia salieron a comprar aceite en otras tiendas. El ir a comprar aceite en otras tiendas, se me asemeja a cuando los Católicos salen de su iglesia y se deja embelezar con la música de los protestantes y con las palabras bonitas pero engañosas del ¡Pare de Sufrir! se dejan arrastrar por las sectas de todo tipo; esto asociado con la pereza espiritual, no les permite mantener un aceite de buena calidad en sus lámparas, o las oraciones constantes, dejando nuestra alma en un desinterés peligroso, ya que la flama o la luz no es suficiente, o sencillamente, no hay flama y por ende no hay Luz.
Esta tibieza hace que la flama no sea permanente y no pueda alumbrar el caminar, así que Cristo, al serrar las puertas no solo no les abrió sino que les dijo que no les conocía, y esto es lógico pues ¿como podemos conocer a alguien si no interactuamos con él?

Ahora bien, ¿porque las jóvenes sensatas son las que entran a las bodas con el Esposo? Pues, al mantener encendidas sus lámparas se convirtieron en testigos del Resucitado, y esto es fundamental; me hace recordar a San Pablo cuando dice, ¨ Es que ya no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí. ¨ esa es la Iglesia del final de los tiempos, es la esposa del Cordero de Dios que entrará en los cielos, adornada como una novia, con su vestido de pureza, para encontrarse con su amado esposo.

¿Pero podemos determinar las señales que nos habla la Biblia del segundo advenimiento? Y la respuesta a esta pregunta es si, si las podemos determinar, obviamente analizándolas con el transcurrir de los hechos históricos, pero antes de escribir al respecto debo afirmar que el final de los tiempos se inició con la Ascensión de Jesús a los cielos como así lo cita el Catecismo de la Iglesia Católica en su numeral 673.


Detal manera que nos encontramos en el final de los tiempos, pero, ¿en que parte del final de los tiempos? Buena pregunta, veamos.

Para entrar en esta parte del tema debemos analizar la cita Bíblica del (Apocalipsis 1, 17-20) ¨ ¡No temas! Soy el Primero y el Último, el que vive; estuve muerto pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del hades. Escribe, pues, lo que has visto, lo que ya es y lo que va a suceder. ¨ Y el apóstol del amor, se dispuso a escuchar lo que el Señor le decía en visiones.
¨ Lo que va a suceder ¨ Hay dos signos importantes y los dos ya sucedieron, que a mi pensar están estrechamente ligados a los evangelios, es decir, estos dos signos son dos hechos históricos reales y comprobables, que marcaron el principio de la recta final del final de los tiempos. Estamos hablando de un periodo de tiempo en que las fuerzas del mal brindan la batalla final contra la mujer, la esposa del cordero, la Iglesia Católica Apostólica, la única iglesia fundada por Cristo, pero no debemos temer, porque la Reina de los Cielos yace con nosotros al frente de nuestra Iglesia.

En el próximo escrito entraremos en el tema de los hechos históricos. Por lo pronto ya llegó Ana María y me tengo que ir para una Misa, orare por Ustedes, oren Ustedes por nosotros, Gracias.


Para mis hermanitos y los del ENS en especial el glorioso
C. E. R.

Que Dios los bendiga y la Virgen los proteja.
















































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