jueves, 4 de marzo de 2010

LA FAMILIA UN PEDACITO DE CIELO - 5 PARTE


LA FAMILIA CRISTIANA, PRESENCIA DE DIOS.



Si observamos lo que somos como familia humana sin lugar a dudas a Quien es todo Amor se le estremece el corazón porque ve que en muchos hogares falta el verdadero amor.

Los esposos no nos amamos como se debe, porque el amor que no es servicial, generoso y desinteresado dista mucho de ser un amor perfecto y fácilmente se convierte en un amor pobre, mezquino y egoísta, incapaz del sacrificio y de la renuncia.

La familia humana debe ver a la Santa Familia Trinitaria del Dios Uno y Trino. Son tres distintas personas pero unidas muy estrechamente, por un amor sellador que los convierte en indivisibles.

Así debe ser la familia humana; que el hombre respete y ame tanto, tanto a la mujer y la mujer al hombre, que se selle en el amor para que se hagan indivisible, un solo cuerpo una sola carne; porque aunque somos distintos, esto no debe ser para el tropiezo sino para el complemento.

Es claro que yo no soy Ana María y Ana María, no es Santiago, pero cada uno de nosotros dentro de nuestras diferencias debemos realizar funciones distintas pero complementarias, porque estamos unidos por un mismo sentimiento, como si tuviéramos un solo corazón, una sola alma, no buscando el interés propio, al contrario, debemos esforzarnos para que prevalezca por encima de todo el bien común y la gloria de Dios.

Pero solemos disculpar nuestra negligencia con el slogan acostumbrado de, ¨ somos humanos, ¨ sin embargo no podemos excusarnos en esta premisa que marca la tibieza y mediocridad de nuestra condición sin que nos esforcemos para conseguirlo, es decir, estamos obligados como familia Cristiana Católica, a dar la pelea, en busca de la Santidad familiar.

La disponibilidad y generosa entrega que debe existir entre los miembros de la familia y que se aman tiene un nombre que el Hijo de Dios hizo suyo, lo enseñó, y lo sigue enseñando, para que los hombres no lo olvidemos: servicio. El amor en esencia, es servicial; por eso, Aquel que nos amó hasta el extremo no vino a ser servido, sino a servir.

(Les ruego que si cometo una torpeza me lo hagan saber de inmediato, pero de alguna manera debo escribir lo siguiente con base en lo que estoy estudiando) De tal manera que si el amor es un constante servir, La Familia Trinitaria se debe complacer en el servicio, es decir, que ninguna de las tres Divinas Personas, buscan su propia gloria sino que El Hijo busca la gloria del Padre y el Padre glorifica al Hijo y en El, manifiesta su amor, su poder y su gloria.

Para mi es muy difícil de asimilar esto, y si bien me parece lógico, soy tan terriblemente limitado que en ocasiones, caigo en un sentido politeísta, pero nada más alejado que esto, pues las Tres Divinas Personas, trabajan siempre con pleno conocimiento la una de las otras y su vínculo es intimísimo que los hace indivisibles.

Pero esto es muy difícil de asimilar para mi limitada condición humana, lo mismo que es difícil de asimilar el concepto de la palabra ¨ servicio ¨ y solo cuando la entendamos y la disfrutemos poniendo en práctica, es cuando entenderemos el AMOR TRINITARIO DE DIOS.

Entre nosotros, los seres humanos, la palabra de servicio y su concepto no tiene ningún prestigio pues, lo tomamos como algo humillante y peyorativo, sin embargo en la realidad de la existencia, servir es amar, y por ende todo se hace por amor, por lo tanto podemos decir que todo, cuanto está creado es producto del servir, del más profundo amor, como un acto del más purísimo amor de Dios hacia todas sus criaturas las cuales seguimos existiendo porque el amor de Dios nos mantiene vivos.

No es exagerado decir que Dios ama a todo y a todos incluyendo a los que se encuentran en los más profundos infiernos, porque este amor no tiene límites, es más, lo exagerado sería ponerle límites, porque sería ponerle límites a Dios.

Dios es Amor, y la exigencia del amor no es otro que el amar, buscando en todo y en todos el bien de quienes se ama, sin escatimar sacrificios, sin detenerse a considerar si el hombre es merecedor o no de este amor, pero, ¿Cómo podemos comprender esto? La verdad es que no lo podemos comprender sino cuando lo ponemos en práctica, se trata de la locura irracional para los que no amamos, pero racional y muy coherente para quienes no pueden ya evitar de hacerlo.

Bien, espero dejarlos, pensando en esto. Los quiero mucho hermanitos.

¡Miércoles! Escribiendo sobre este tema, siento que mi corazón va a estallar.




Para mis hermanitos A. E. y los del ENS en especial el glorioso

C. E. R

Que Dios los bendiga y la Virgen los proteja






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