sábado, 6 de febrero de 2010

LA FAMILIA UN PEDACITO DE CIELO- PARTE 1


LA FAMILIA, MI PAZ.



Hace algunos años, desde que asisto a las Eucaristías de mi parroquia, y visito al Santísimo, vengo meditando sobre la importancia de la familia, para el hombre, la importancia de la familia para una sociedad y la importancia de la familia para nuestra Iglesia, y de manera incomoda sin querer observo y analizo, otras familias.

Lo incomodo, es que de alguna manera la tiendo a comparar con mi familia, Ustedes perdonarán pero, no crean que se trata de un sentimiento antipático pensando en que familia es mejor, no, nada más alejado que esto. La verdad es que sin darme cuenta se trata de, de; podría decir que de una introducción a un estudio sobre las familias.

Lo que hago es poner a mi familia como base y observar otras familias para ver que le falta a mi familia y tener la armonía de otras familias que conozco; claro que no puedo decir que son perfectas entre esas la menos perfecta, mi familia, pero si puedo decir que se trata de familias que por su armonía de vida tienen un pedacito de cielo en casa y que de alguna manera lo puedo implementar en la relación que hay en mi hogar.

Esto no quiere decir que en mi familia exista una completa zona de guerra, y nada más alejado que esto, pero, debo entender que siempre cabe la posibilidad de crecer, crecer no solo como persona si no como pareja, como familia, y crecer como familia pero espiritualmente, y por ende crecer socialmente y como Iglesia, créanme, no es fácil pero cuando se unen en familia, el esfuerzo, para alcanzar este crecimiento espiritual, la aventura se convierte en toda una odisea llena de felicidad, unión, armonía y lo más importante, AMOR.

Bien, tengo una esposa maravillosa a quien amo profundamente, puedo decir que se trata de un regalo inmerecido que DIOS me dio, y dentro de los 19 años que tengo de conocerla no es exagerado decir que de mis 47 años, de existencia solo tengo 19 años de vida.

Ustedes preguntarán ¿por que 19 de vida?; bien, porque fue mi esposa la que me llevó a conocer a Cristo y su Santísima Madre, la verdad es que mis padres no fueron muy religiosos, pero no puedo ser injusto con mi abuelita materna quien oraba todos los días el Santo Rosario, y a quien agradezco infinitamente por que se que oraba por mi.

Por otra parte, mi familia se compone de mi esposa y mamá dueña de los sentidos de mi corazón y de mi ser, de un hijo, quien se convierte en la expresión del amor conyugal y unión no solo material sino espiritual; Santiago, un adolescente de 15 años a quien descubrimos todos los días y aunque nos cueste, cada vez más independiente, ¨ que dolor ser Papas, pero que alegría. ¨ y, Yo, un simple servidor que sencillamente le gusta escribir, aunque de manera errada en ocasiones y con errores de ortografía en otras, solo trata de expresar algunos sentimientos que suelen atorarse en el pecho, junto al corazón.

Ahora bien. Es increíble, como en la medida en que meditamos en los misterios de Dios vamos entrando en una deliciosa emoción indescriptible de su desconocido Ser, y sin desvelar el misterio Trinitario, pues, por lógica razón no se le concede al hombre entrar en este santuario sagrado, el Buen Dios, nos permite descorrer un poquitín el velo para que comprendamos aquello que ahora es lo más necesario y provechoso para la vida humana, y seguramente lo único imitable.

Es claro que la vida del hombre encierra su propio misterio y aunque no nos demos cuenta, lo misterioso es que estamos siendo guiados por las manos de Dios, ¡claro! Si lo permitimos, que en la realidad es lo que nos conviene. Asimismo, el ser humano como criatura que goza de las predilecciones de Dios, aunque no tengamos inteligencia de ello, también estamos de alguna manera desde el principio engarzados en el misterio, pues somos una obra perfectísima de las tres Divinas Personas, lastima que no lo comprendamos ni lo valoremos.

La Familia Trinitaria es un espejo sin mancha donde debería mirarse la familia humana para imitar del Padre el amor y la generosidad; del Hijo, la obediencia, la humildad y el sacrificio; y del Espíritu Santo, la justicia y la verdad.

Por eso cuando leo las Escrituras en
Génesis 1, 27- 28 ¨ Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. ¨ Y creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, y lo creó Macho y Hembra y los bendijo Dios diciéndoles: Procread y Multiplicaos, y henchid la tierra. ¨ En ese mismo instante quedaba constituida la familia humana.

Bien, continúo después. (Meditaciones del libro de Maranatta - Consuelo)

Gracias y oren, no sea que caigamos en tentación

Para mis hermanitos y los del ENS en especial el glorioso

C. E. R

Que Dios los bendiga y la Virgen los proteja


1 comentario:

Vero Cohen dijo...

Hola CE. Si viéramos y entendiéramos a la familia como lo que es, imagen de la Santísima Trinidad, las cosas serían muy diferentes.

Ojalá todo el mundo aprendiera a valorar la familia, a respetarla. pero sobre todo a ver en ella a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
Creo que esto último es el verdadero secreto, ver en el otro la imagen de Dios y reconocerle como nuestro dueño y Señor.


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