jueves, 3 de noviembre de 2011

UN FUTURO INCIERTO


Estoy Muy Preocupado, ¿Ustedes no?

Es aterrador como han cambiado las generaciones desde cuando yo era apenas un chico, bueno, bueno, bueno, …… eso no quiere decir que soy un viejo, o cucho como me llama mi hijo, pero cuando observo la conducta de los jóvenes de ahora, realmente me preocupa el futuro de la humanidad.

Y es que, son muchos los que renuncian a plantearse personalmente cuál es la verdad de su vida, el criterio que debe orientar la realización, basándose en las decisiones de su autodeterminismo de su historia personal o lo que solemos llamar de manera equivocada la libertad; y se conforman con adecuarse al instante presente. Así que se contentan con vivir de manera mediocre al estándar social establecido, sin molestarse por descubrir su propia originalidad única e irrepetible y como si fuera poco para sumergirse en ese ámbito baboso y mediocre manteniendo permanentemente el temor de escoger algo que les sitúe fuera de la pauta de conducta usual en su ambiente social. Es decir, ¨ ¿Para dónde va Vicente? Para donde va la gente.¨ Simplemente son borregos, borregos, borregos, borregos.

Me refiero a los jóvenes profesionales que se encuentra recién salidos de la universidad y los chicos que están estudiando en los centros educativos secundarios como educandos, pero debo, señalar que existe una responsabilidad en esto del que no se pueden desligar como suelen hacerlo. Se trata de los siempre hipócritas medios de comunicación que continuamente tiran la piedra y esconden la mano, sin embargo no puedo generalizar, es decir, no son todos pero si la enorme mayoría; otros responsables son los centros de educación, llámenseles, Universidades, escuelas o colegios, y claro con la pastosa e indiferencia de unos padres despreocupados que por fortuna no son la mayoría.

Pero lo que más me aterra, es la imperante ideología, que por demás es necesariamente egoísta, de lograr un éxito a muy corto plazo y a cualquier precio, sea como sea, cueste lo que cueste. Pareciere que adoran un proceso material, basado en la injusticia, para encontrar la fama, el triunfo, el poder, y por ende la riqueza, por encima de cualquier otro valor de tipo moral o espiritual, valores estos, ya indiferentes para esta generación. Todo, todo parece valer con tal de instalarse en la vía del dinero y del supuesto prestigio, y peligrosamente establecen conductas, en ocasiones obsesivas y altamente competitivas, sin medir consecuencias de sus actos, en las que por lo general causan daño, apersonas ajenas a sus objetivos, pero esto no les importa porque para estos sujetos el fin si justifica los medios.

Es una generación regida por la competitividad descarnada y casi sin reglas, que a falta de compasión, el desamor, provocan la necesidad de una falsa identidad para parecer más y más de lo que realmente se es, generando un terror desmesurado a perder. De esto salta a la vista, la enorme necesidad de asegurar todo, el carro, la casa, las piernas, los brazos, la vida, todo cuanto nos rodea y nos permite mantener este falas estado de seguridad.

Pero es que, la sociedad actual les plantea unas exigencias tan desproporcionadas y arbitrarias que terminan por abrir en muchos una profunda y grave brecha en los cimientos por lo general frágiles de su autoestima, provocando un sentimiento de inutilidad, que a su vez, desencadena la búsqueda ansiosa del aplauso y el anhelante reconocimiento de los demás. Es más, la propia autoestima es tan débil que depende en todo de la valoración de los demás, de su admiración o el rechazo, lo que sería para esta juventud auto sobredimensionado, simplemente, funesto.

Es tan grave esta situación social que está tan arraigada en la comunidad, que se convierte en una esclavitud de la vida moderna, en la que estos individuos buscan con verdadera ansia la aprobación de sus semejantes, llevándolos a sacrificar en la mayoría de las situaciones, su propia historia, su propia biografía, su propia vocación, y lo más más grave, su propia integridad, para estos sujetos el suicidio si es una opción fruto del fracaso.

Así personas que podría ser muy felices y hacer mucho bien en pro de sus semejantes, dejan en este mundo con el curso de su vida un surco profundo de heridas, o cicatrices, en amistades o familiares que le estimaban, y en el peor de los casos, significativos errores sociales, con consecuencias que duran mucho tiempo en sanear, dando como resultado seres descontentos llenos de ira y rencores que generan más problemas sociales.

Un ejemplo de esto es el sonado caso de los contratistas de Bogotá, capital de Colombia y su mal afamado alcalde; demás sonados casos en donde la corrupción galopante a nivel mundial deja entrever que cada vez más los involucrados son más jóvenes.

El descaro de estos individuos es tal, que, aquello que daña el modo de vida social en la ciudad o comunidad, para ellos se trata de una normalidad o costumbre de los habitantes y que no hay nada de malo en establecer la corrupción en una conducta social. ¡Pero nadie me coacciona! Repiten obstinadamente, dando paso a su desfachatez y estulta conciencia, ¿Nadie? Todos coaccionan ese ilusorio determinismo, que no se arriesga a aceptar responsablemente las consecuencias de actuaciones, personales e irresponsables.

Es claro que donde no hay valores cristianos o normas morales en las que debe imperar el bien común, o principios éticos que permitan establecer de manera clara las conductas sociales que los centros de educación deben fortalecer, y las familias deben forjar, se produce un enorme vacío de individual y responsable ejercicio del propio autodeterminismo: Allí- no obstante las apariencias- todo es coacción.

El indeciso, el irresoluto, es como materia plástica a merced de las circunstancias; y los medios de comunicación lo saben aprovechar sabiendo que cualquiera lo moldea a su querer y, antes que nada, las pasiones y las peores tendencias de la naturaleza herida por el comportamiento errado.

Peligrosa, muy peligrosa, la generación que está apareciendo y aún más peligrosa las tendencias de los medios de comunicación. ¡CUIDADO!

Pero ¿hay solución a esto? La respuesta es sí, pero demanda mucho trabajo para corregir los errores cometidos. En este esfuerzo se deben comprometer todas, y digo todas las instituciones políticas sociales, económicas, jurídicas, del mundo, es decir, es urgente un cambio radical de comportamiento, de lo contrario, nos enfrentamos a la extinción global.

Complicado, el panorama de la humanidad. Creo que esta vez soy muy pesimista a no ser que se pruebe lo contrario.


Para mis hermanitos los A.E y los del ENS en especial el glorioso y los pequeñitos de los Martes

C. E. R

Que Dios los bendiga y la Virgen los proteja


1 comentario:

Josef Cardenas dijo...

Buenos dias Carlos me gusto bastante el escrito dado que se relaciona con la situacion vivida en la casa con Camila. Efectivamente, encontramos hoy dia muchas diferencias con la juventud que nos toco vivir, aunque esto no es nuevo. En esa epoca tambien habia cafres y malaclases entre los compañeros. Pero en general, las cosas estan peor hoy. Hay mas laxitud en los valores, hay menos familia, las mujeres antes trabajan y a los 35 empiezan a pensar en hijo ( uno solo ) y los efectos derivados de la invasion de medios de com. todos los ambitos de la vida es grande. Los muchachos viven a mil. Tienen gran cantidad de interese al mismo tiempo. Estan concientes de que hay gran cantidad de nuevas sensaciones y quieren experimentarlas. Son mas instintivos y violentos. Son mas yo-istas, ego-istas. La presion de grupo los impulsa y anima a hacer cosas que normalmente no harian. Estan en permanente busqueda del placer y de la satisfaccion inmediata, y no creen que tienen que esforzarse para lograr algo en la vida. Es decir que todo vale, incluso lo deshonesto, que no los asusta. Qué tal el el jaleo con lo de la muerte del estudiante de los Andes? Los jovenes dicen "dejeme yo hablo que arreglo el asunto" o los papas sacan la chequera y todo bien. La justicia, la fuerza publica, los funcionarios, todos sucumben ante unos billetes. Pero en el fondo que es lo que sustenta todo esto? Los cambios en la forma de sentir y de pensar. No se educa en valores. No se le da importancia a la etica y a la moral. Aqui solo cabe el instinto. Las familias estan desmoronadas o no existen. La forma de asociarse cambia; ahora las viejas piensan en inseminacion artificial. Ahora se ve mas normal que dos del mismo sexo se proclamen "familia" y adopten un pelado. Los jovenes no tienen nocion de compromiso y de responsabilidad. No piensan que lo que se siembra eso se recoge. En fin, no hay espiritualidad. No hay Dios, no saben del camino santo, no saben o no les importa de Jesus, de la Escritura. Donde esta tu tesoro esta tu corazon. Para muchos de ellos no es Dios. Por eso duele ver como un joven vive su sexualidad como mera genitalidad, y esto vuelve animal al individuo, hasta el punto de comportarse violento y capaz de pegarle a una mujer. Creo que vamos mal. Sigue escribiendo. E. Bet.