viernes, 6 de agosto de 2010

¡A LA HORA DE LA PERSECUCIÓN!


Debemos vencer el miedo de decir la verdad.

Hoy en día, en este mundo materializado y arrogante, el acto de decir la verdad es una conducta de insurrección, pero en la realidad la última palabra de la historia no la tienen ni Antíoco, ni Herodes, ni Boleslao, ni Hitler, mucho menos Stalin, Chávez, u Obama, y si por algún motivo pensáramos, que el estadista Boliviano la tiene, en este caso estaríamos cayendo en un completo desastre intelectual.

La última palabra la tiene el Amor, la justicia y la verdad. El amor, porque con el Amor seremos verdaderamente personas humanas, con la justicia, porque solo así reconoceremos al prójimo como persona humana, y la verdad porque solo así seremos verdaderamente personas humanas libres.

Es realmente hermoso de las almas grandes, vivir con honestidad. Quien asume principios de justicia, quien vive según una ética verdadera, sin lugar a dudas enriquece su existencia, porque promueve el bien común entre los hombres, se convierte en un testimonio de vida ante un mundo errado, y sin caminos claros.

Muchos se sienten verdaderamente incómodos ante la honestidad. Por esto defender los principios éticos lleva no pocas veces a sufrir críticas, discriminaciones, ataques más o menos directos, o incluso la cárcel y en muchas ocasiones, la muerte. Testimonios de esto son muchos.

A lo largo de los siglos, son innumerables los hombres y mujeres que han sido perseguidos por defender sus convicciones más profundas. Un escrito antiguo que presenta los testimonios de estas persecuciones, son las historias que nos relata el Antiguo Testamento de la Biblia; por ejemplo el caso de los siete hijos de una mujer judía que sentía un profundo amor por la Ley de su Dios, y así prefirieron la muerte antes de incumplirla bajo el tirano Antíoco, otro ejemplo es la historia de Santo Tomás Moro, que murió defendiendo sus principios Cristianos, o en la guerras cristeras mexicanas en donde jóvenes sacerdotes o adolecentes morían por negarse a renegar de su fe.

El caso de Juan el Bautista es impresionante. No tuvo miedo alguno de decirle la verdad en la cara al rey Herodes que se encontraba en pecado grave de adulterio con la esposa de su propio hermano, y con su propia sangre del martirio testimonió que hay normas que valen para todos, incluso para los tiranos.

El mismo Obispo Estanislao (1058 – 1079) fue asesinado a los 31 años por haber recriminado al rey Boleslao II de Polonia sus injusticias y pecados. Estanislao tuvo el valor, porque sabía que es noble la vida de quien advierte por amor al hermanos para que se corrija de sus faltas, mientras es miserable la vida de quien calla por miedo, para conservar algo de la riqueza, o para sobrevivir un poco más de tiempo en esta tierra pasajera.

En tiempos recientes, millones de bautizados sufrieron y en la actualidad siguen sufriendo el martirio, la cárcel, la pérdida de sus bienes y derechos, por oponerse a gobiernos dictatoriales, como los que nacieron bajo el yugo del comunismo, en especial el regimen del famoso slogan ¨ socialismo del siglo XXI ¨ , u otros que sufren en gobiernos fascistas, o los que vivieron en la Alemania Nazista, en fin, son miles los ejemplos, solo basta mirar los periódicos de cada país para darnos cuenta que este enorme enemigo continúa su lucha.

Pero estos hombres y mujeres, verdaderas personas humanas vivas, prefirieron denunciar la injusticia y la inmoralidad de ideologías y gobiernos opresores a vivir cómodamente sometidos a los dictadores de todo tipo y de cualquier turno.

Aun la historia nos presenta a miles de Católicos Cristianos y no cristianos pero con una vida lógica, basada en el sentido común (que por desgracias es el menos común de los sentidos), porque abordan el pensamiento Cristiano como estilo de vida bajo una, posición ética base de la real y única justicia social que existe, es decir, un verdadero bien común.

Sin lugar a dudas, defender los principios de la justicia social, de la ética matrimonial, de derechos y respeto a la vida contra los defensores del aborto o del infanticidio, de la dignidad de los pobres y de los enfermos, contra los defensores de la eutanasia con el famoso slogan de morir dignamente, que no es otra cosa que permitir el asesinato de seres humanos, y esto es el motivo que les hará sufrir la persecución.

Es muy posible que las persecuciones sean muy sutiles, es decir, aquellas que se desarrollan bajo calumnias y mentiras tras señalamientos infundados con la siempre eficaz e incondicional colaboración de los medios de comunicación social que por lo general están al servicio de los perseguidores. En otros casos se tratará de persecuciones descaradas: denuncias ante tribunales parcializados, agresiones físicas, arrestos arbitrarios, leyes que impiden a los cristianos manifestar sus propias convicciones en la vida pública.

Pero, lo que parece ignorar los perseguidores, es que Cristo nos advirtió dos mil años antes sobre esto, y nos dijo que seriamos odiados por el mundo. Sin embargo nos consoló con palabras que sólo pueden venir de Dios: ¨ En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo! Yo he vencido al mundo ¨ (Jn 16,33). A pesar de la fuerza de quienes quieren ahogar la voz de la Iglesia, de quienes buscan imponer sea como sea, como algo normal, comportamientos sexuales, económicos, políticos, o individuales que no respetan la verdad sobre el hombre y sobre sus deberes y derechos, la fuerza de los principios cristianos sin lugar a dudas vencerá, es más, prevalecerá, y esto no podrán evitarlo por más fuerza que le pongan, o recursos que agoten.


De tal manera que, La última palabra no la tiene, ni Mao, ni Sarkorzy, ni la reina Isabel II, y mucho menos, el presidente Ortega de Nicaragua, o Fidel Castro, y muchísimo menos los grupos de presión feministas u homosexuales que dominan los mínimos ámbitos de nuestros estados.


Como lo dije antes y lo reitero la última palabra la tiene EL AMOR, LA JUSTICIA, Y LA VERDAD.

Un amor que entre nosotros los bautizados, también nos llevará a perdonar a los enemigos y a tender la mano a quienes tanto daño hicieron; y que necesitan, por esto mismo, mucha más misericordia de un Dios que es Padre de todos, del santo como del pecador. Que quieren por esto mismo, que todos los hombres se salven a través del conocimiento de la VERDAD (1Tm 2,4) Una VERDAD que tiene nombre e historia, y que así traten de decir lo contrario y se muerdan los codos de la ira, esta VERDAD, nació, y vivió, fue crucificado y murió, fue sepultado y resucitó al tercer día, y que vive en su Iglesia, de manera real en cuerpo alma, vida y Divinidad en la Eucaristía.

Una VERDAD JUSTA, y que sostiene y da fuerzas a los millones de mártires que saben dar, con su vida, testimonio de los auténticos valores del espíritu.

¡Ánimo! No tengamos miedo de decir NO a todo aquello que lesione al orden natural y por ende sea lesivo al bien común, y SI a todo aquello que nos edifica como personas humanas y que por ende hace justo caso a un orden natural.


Para mis hermanitos los A.E y los del ENS en especial el glorioso y los pequeñitos de los Martes

C. E. R

Que Dios los bendiga y la Virgen los proteja



1 comentario:

Aída Holguín Baeza dijo...

Este artículo describe lo el objetivo de mi blog. (Ahora Chihuahua está como Colombia lo estuvo hace tiempo)
En primer lugar te envío un cordial saludo desde Chihuahua, Chih. México.
He estado visitando los blogs que participan en la categoría "Actualidad" de los "Premios 20 blogs". Deseo mucha suerte y muchos votos para tu blog y aprovecho para invitarte a visitar mi blog que fue creado con la intención de publicar mis artículos de opinión que muchas veces son censurados por el gobierno.
Tristemente Chihuahua se ha convertido en uno de los lugares más peligrosos del mundo por la ola de violencia generada por el crimen organizado; el periodismo se ha convertido en uno de los oficios más peligrosos; pero mi lema es: prefiero morir hablando, que callada.
Te invito a que conozcas mi blog y si es de tu agrado me des tu voto. http://lablogoteca.20minutos.es/laecita-blog-mi-derecho-a-la-libre-expresion-18859/