jueves, 25 de febrero de 2010

LA FAMILIA UN PEDACITO DE CIELO - 4 PARTE


EL AMOR PRIMERO EN LA FAMILIA


Cuando Ana María y yo éramos novios, disfrutamos de la intermitente compañía, que las posibilidades de este vínculo nos ofrecía, y permítanme les comento una infidencia, espero que ella me lo perdone pero para este escrito creo que es propicio.

Yo supe que ella sería mi esposa por que un buen día me dijo. ¨ mira, solo te pido que me permitas guardarme para mi esposo, ¨ desde este momento, la relación se convirtió en algo que yo nunca había vivido, y puedo decir que entiendo ahora la pureza de la relación.

Nosotros teníamos dos matrimonios amigos en los cuales nos inspiramos y hablábamos constantemente de casarnos, al parecer se trataba de dos parejas que en sus familias se veían sólidas y estables, sin embargo los dos matrimonios se terminaron separando y sus familias podríamos decir que sufrieron el terrible rigor del rompimiento familiar.

Pero, ¿Por qué? ¿Porque sucede esto y a este precio? El golpe para Ana Maria y para mi fue funesto y desolador, y no entendíamos muy bien, pero hoy en día ya lo comprendemos.

Entendemos que la vida conyugal es terriblemente frágil y delicada, y su único sustento es el amor, si, y me atrevería a decir, que solo el amor, por qué es a través del amor que se desarrolla la convivencia marital.

Ahora bien. El amor es sin duda, la experiencia más hermosa que puede vivir la persona humana, la más gratificante, la que hace más feliz, agranda más el corazón y dignifica sin lugar a dudas la vida entera. Por amor, el hombre es capaz de los mayores sacrificios, sea los padres por los hijos, un buen esposo por su esposa o viceversa, y además, sintiendo la satisfacción de darse, en esa entrega sacrificada, generosa y donada. El amor es la realización más completa de las posibilidades del hombre, la actualización máxima de la potencialidad propia de la persona, donde encuentra la mayor plenitud de su ser, de su existencia objetiva, por esto el hombre no puede vivir sin amor. Yo no me puedo ver sin Ana Maria, y lo que más me completa es que siento constantemente que este amor que entrego a la mujer de mi vida es correspondido, puedo decir, o mejor sentir, que se trata sin lugar a dudas del reinado de Jesús en nuestro hogar y por ende un pedacito de cielo en nuestra familia, esto nos llena de felicidad. Yo soy un hombre feliz, y permítanme lo grito pues esto no cabe en mi pecho.

Esto no quiere decir que no existan las dificultades, sobretodo en aquellos días en que el geniecito nos presiona, pero con seguridad se nos hace la vida mucho más llevadera pues contamos con la firme apoyo del amor de Cristo, a quien recurrimos de inmediato.

Cuando medito sobre este enorme y silencioso misterio pero motor de la vida humana, comprendo el amor entre la iglesia y su Esposo, ¡cuanto ama su esposo a la Iglesia! Puedo decir, o mejor sentir, que es ese amor como un sello en el corazón de cada individuo que conforma la iglesia. El sello personal, amante que hace suyo el corazón de quien le recibe en la Eucaristía. Como sello sobre el brazo, que pone su fuerza en el servicio, ¨ porque fuerte es como la muerte, que no ceja en su empeño de cobrar su presa, es el amor ¨ Es el amor que no conoce obstáculos para asirse con garras prensiles a quien le brinda amoroso alimento.

Las lámparas de sublime luz que alumbran como soles a su enamorada Iglesia llena de vida singular a quienes ama, y de llamas, que hacen arder el corazón y transmitir su ardiente encendimiento despertando oleadas de amor. Muchas aguas. Los mares de las dificultades, el vendaval de las contradicciones no pudieron apagar la caridad, ni los ríos la negarán, pues solo son sucesos que salen de los causes de la vida normal, como acontecimientos imprevistos. (Apartes del libro Maranatta - Consuelo)

Pero debemos entender que amar sin medida y en una acción entregada es un mandato Divino, al que no debemos imponer límites como lo dice en (Efesios 5, 25-33)
¨ Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la IGLESIA y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificarla, purificándola mediante el baño de agua en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada. Así deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo. Porque nadie aborreció jamás su propia carne antes bien, la alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a su Iglesia, pues somos miembros de su cuerpo. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una solo carne. Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y su Iglesia. En todo caso, en cuanto a vosotros, que cada uno ame a su mujer como a si mismo; y la mujer que respete al marido.


Para mis hermanitos y los del ENS en especial el glorioso

C. E. R

Que Dios los bendiga y la Virgen los proteja

viernes, 19 de febrero de 2010

LA FAMILIA UN PEDACITO DE CIELO - 3 PARTE


!LA MUJER¡, UN VERDADERO DON DE DIOS

Y se dijo Dios ¨ No es bueno que el hombre esté solo, voy a hacerle una ayuda proporcionada a él. Y de la costilla que del hombre tomara, formó Dios a la mujer y se la presentó al hombre. El hombre exclamó: ¨ Esto sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. ¨ Por eso dejará el hombre a su padre y su madre y se unirá a su mujer; y vendrán a ser una sola carne. ¨ (Génesis 2, 21-25) Pocos hemos reparado sobre las cosas escritas que hay para el hombre y la mujer, y muchos de los que lo han estudiado han callado para su propio provecho, otros nos hemos dejado llevar por la corriente del mundo, entre esas las nuevas ideologías del género.

La Mujer en dignidad, poder y gloria, es exactamente igual al hombre. Dios no hizo a la mujer como esclava del hombre sino que se trata de un complemento de soporte, tanto la mujer para el hombre como el hombre para la mujer: tanto es que cuando se unen en Matrimonio conforman una sola carne por lo tanto nadie que sea cuerdo aborrece su propia carne. Sin embargo esto no es así, muchos hombres y mujeres aborrecen su propia carne, y muchos hombres someten a la mujer a una esclavitud, no solo arrebatándole la libertad, sino que la humillan y la envilecen. La dignidad de la mujer es vituperada.

EL Plan de Dios sobre la mujer no es que esta sea esclava del hombre: esto no es justo, ni mucho menos santo, y el Señor es Justo y es Santo; Por eso, todo tipo de discriminación, sea contra el hombre o contra la mujer, con toda seguridad es aborrecible ante los ojos de Dios.

Pero en este mundo, al pequeño lo ignoramos, al débil lo humillamos, al humilde lo despreciamos. Muchos hombres no aceptamos la unidad dentro de la diversidad, cuanto nos cuesta esto, y por ende señalamos, juzgando y hablando de más.

Pero ¿Qué significa la unidad dentro de la diversidad? Bien, significa que el hombre y la mujer forman una unidad, pues los dos pertenecen a la familia humana y, ante Dios, tiene la misma dignidad el hombre que la mujer como lo dijimos antes, y esto es claro porque ambos fueron creados por Dios a su imagen y semejanza.

Los dos se asemejan a Dios en entendimiento y en la voluntad; una semejanza en el conocimiento del bien y del mal, una semejanza que llega al extremo del amor, y es que Dios se hace hombre para que el Hombre pueda ir transformándose en la viva imagen de Dios. Tanto, Tanto nos ama Dios que hasta se ofrece al hombre para esta transformación. En verdad se hace incomprensible.

Pero, es claro que en algunas formas el hombre y la mujer son distintos y esto es lógico para que equitativamente se complementen y los dos puedan formar una sola carne; Dios de alguna manera quiso que así fuera, no solo para la propagación de la especie humana, sino para no romper el equilibrio armónico que existe en toda la naturaleza. No podemos ponernos dos zapatos derechos porque no solo sería incongruente sino que rompería la armonía equilibrada del principio del complemento, de esto que dos hombres o dos mujeres no se puedan hacer pareja de matrimonio.

La unión de los dos, hombre y mujer, se enriquecen de esto que cuando Dios creo al hombre pensó ¨ No es bueno que el hombre esté solo ¨

Bien, mi esposa no está, se fue a un retiro espiritual este fin de semana, así que me despido porque quedé con mi hijo salir a comer.

Gracias, que Dios los bendiga.

Para mis hermanitos y los del ENS en especial el glorioso

C. E. R

Que Dios los bendiga y la Virgen los proteja

viernes, 12 de febrero de 2010

LA FAMILIA UN PEDACITO DE CIELO - 2 PARTE


LA FAMILIA TRINITARIA Y La Familia Humana.

Continuando con el escrito anterior. Debemos seguir las Escrituras para entender del porque la familia es un pedacito de Cielo.

Pero ¿Cómo debía ser esta familia? Bien, una vez creado el hombre, el Todopoderoso lo mira adolorido por su falta, diciéndole ¨ (Génesis 3, 22-23) He aquí al hombre hecho como uno de nosotros de nosotros conocedor del bien y del mal. ¨

¿Como puedo entender esto? Bien, la dignidad del hombre es sublime y admirable, ya que se trata de una creación de Dios y como tal tiene algo del Padre, algo del Hijo, y que afortunados seríamos si tuviéramos algo del Espíritu Santo, pero, ¿Por qué no lo tenemos? ¿Quién o que impide que el hombre reciba con generosidad lo que El Santo Espíritu está deseoso de darnos?

¿Saben? Estudiando esta parte del tema, en ocasiones siento un dolor tan profundo, y una frustración de saber que puedo ser mejor y no lo hago porque no quiero. Es algo difícil de explicar, pero es cuando entiendo, que nosotros tenemos una herida en el alma, una herida que no permite los regalos del Espíritu Santo y cuando logramos que algo se nos de, caemos de nuevo. Que difícil lucha, que triste es el ser humano, que cortos somos, que lo tenemos todo, y lo desperdiciamos, entre estos, yo el peor de todos, por que mi inquietud es conocerlo y se como se hace y no me siento capaz de hacer el bien, de hecho no,, no. Hago el mal que no quiero hacer. (Es cuando entiendo a San Pablo, la enorme diferencia es que El tenía más fuerza que yo, más voluntad, El es un Santo, y yo no.)

Si tan solo meditáramos con juicio y dedicación, y profundizáramos en este paralelismo entre Familia Trinitaria y familia humana, muchos hogares no se destruirían dentro de las más feroces contiendas, en donde se cobijan bajo el mismo techo, pero viven como extraños; entre ellos no existe el amor, sino una pantomima del mismo, y en donde no hay amor hay egoísmo y rivalidades, adulterio y promiscuidad, por lo tanto, donde no hay justicia no hay santidad, y como es lógico allí, NO ESTÁ DIOS.

Jesús llega a nosotros a través de las Escrituras, como Pedagogo, como Maestro y como Sacerdote para enseñarnos, para advertirnos y para corregirnos; y quiere hacerlo de forma sencilla para que entendamos, todos aquellos a quienes va dirigida la instrucción, pues de nada serviría hablar en un lenguaje inefable, técnico y complicado si los que queremos escuchar no sabemos interpretar lo que Dios nos quiere decir.

Es tan sencillo que somos nosotros los que le ponemos complicaciones. El Señor viene a hablar a los que creen; por eso, para instruir a los sencillos hijos de Dios es preferible la sencillez del mensaje evangélico antes que cualquier discurso impregnado de tecnicismos aptos para hombres ilustrados, y sabios teólogos, pero incomprensible para personas como yo que, como Ustedes saben, soy bastante lento para entender estas cosas, y si no fuera por Mi Señor, estaría en blanco.

Hacer de lo grande pequeño; y lo sublime, sencillo; y lo difícil, comprensible para cualquier inteligencia es sólo un privilegio de Dios.

¿Pero quien podría hablar del misterio Trinitario con total claridad y, sin desvelar el misterio porque eso es imposible, descorrer con sabia maestría el tupido velo tras el cual se oculta el pensamiento de Dios? Porque hay muchas cosas manifiestas, y otras ocultas, muchas reveladas y otras permanecen en el misterio; cosas que solo conoce el Padre y El Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera revelárselo.

Pero, no se trata de revelar los misterios de Dios, ¡que iluso soy! Se trata de meditar sobre lo que se vislumbra de ellos y ayudados por El Espíritu Santo conocer lo que el Paráclito de Dios nos permita.

Bien, tengo que ir por Santiago, que Dios los bendiga, espero dejarlos pensando y meditar en lo anterior.

Para mis hermanitos y los del ENS en especial el glorioso

C. E. R

Que Dios los bendiga y la Virgen los proteja

sábado, 6 de febrero de 2010

LA FAMILIA UN PEDACITO DE CIELO- PARTE 1


LA FAMILIA, MI PAZ.



Hace algunos años, desde que asisto a las Eucaristías de mi parroquia, y visito al Santísimo, vengo meditando sobre la importancia de la familia, para el hombre, la importancia de la familia para una sociedad y la importancia de la familia para nuestra Iglesia, y de manera incomoda sin querer observo y analizo, otras familias.

Lo incomodo, es que de alguna manera la tiendo a comparar con mi familia, Ustedes perdonarán pero, no crean que se trata de un sentimiento antipático pensando en que familia es mejor, no, nada más alejado que esto. La verdad es que sin darme cuenta se trata de, de; podría decir que de una introducción a un estudio sobre las familias.

Lo que hago es poner a mi familia como base y observar otras familias para ver que le falta a mi familia y tener la armonía de otras familias que conozco; claro que no puedo decir que son perfectas entre esas la menos perfecta, mi familia, pero si puedo decir que se trata de familias que por su armonía de vida tienen un pedacito de cielo en casa y que de alguna manera lo puedo implementar en la relación que hay en mi hogar.

Esto no quiere decir que en mi familia exista una completa zona de guerra, y nada más alejado que esto, pero, debo entender que siempre cabe la posibilidad de crecer, crecer no solo como persona si no como pareja, como familia, y crecer como familia pero espiritualmente, y por ende crecer socialmente y como Iglesia, créanme, no es fácil pero cuando se unen en familia, el esfuerzo, para alcanzar este crecimiento espiritual, la aventura se convierte en toda una odisea llena de felicidad, unión, armonía y lo más importante, AMOR.

Bien, tengo una esposa maravillosa a quien amo profundamente, puedo decir que se trata de un regalo inmerecido que DIOS me dio, y dentro de los 19 años que tengo de conocerla no es exagerado decir que de mis 47 años, de existencia solo tengo 19 años de vida.

Ustedes preguntarán ¿por que 19 de vida?; bien, porque fue mi esposa la que me llevó a conocer a Cristo y su Santísima Madre, la verdad es que mis padres no fueron muy religiosos, pero no puedo ser injusto con mi abuelita materna quien oraba todos los días el Santo Rosario, y a quien agradezco infinitamente por que se que oraba por mi.

Por otra parte, mi familia se compone de mi esposa y mamá dueña de los sentidos de mi corazón y de mi ser, de un hijo, quien se convierte en la expresión del amor conyugal y unión no solo material sino espiritual; Santiago, un adolescente de 15 años a quien descubrimos todos los días y aunque nos cueste, cada vez más independiente, ¨ que dolor ser Papas, pero que alegría. ¨ y, Yo, un simple servidor que sencillamente le gusta escribir, aunque de manera errada en ocasiones y con errores de ortografía en otras, solo trata de expresar algunos sentimientos que suelen atorarse en el pecho, junto al corazón.

Ahora bien. Es increíble, como en la medida en que meditamos en los misterios de Dios vamos entrando en una deliciosa emoción indescriptible de su desconocido Ser, y sin desvelar el misterio Trinitario, pues, por lógica razón no se le concede al hombre entrar en este santuario sagrado, el Buen Dios, nos permite descorrer un poquitín el velo para que comprendamos aquello que ahora es lo más necesario y provechoso para la vida humana, y seguramente lo único imitable.

Es claro que la vida del hombre encierra su propio misterio y aunque no nos demos cuenta, lo misterioso es que estamos siendo guiados por las manos de Dios, ¡claro! Si lo permitimos, que en la realidad es lo que nos conviene. Asimismo, el ser humano como criatura que goza de las predilecciones de Dios, aunque no tengamos inteligencia de ello, también estamos de alguna manera desde el principio engarzados en el misterio, pues somos una obra perfectísima de las tres Divinas Personas, lastima que no lo comprendamos ni lo valoremos.

La Familia Trinitaria es un espejo sin mancha donde debería mirarse la familia humana para imitar del Padre el amor y la generosidad; del Hijo, la obediencia, la humildad y el sacrificio; y del Espíritu Santo, la justicia y la verdad.

Por eso cuando leo las Escrituras en
Génesis 1, 27- 28 ¨ Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. ¨ Y creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, y lo creó Macho y Hembra y los bendijo Dios diciéndoles: Procread y Multiplicaos, y henchid la tierra. ¨ En ese mismo instante quedaba constituida la familia humana.

Bien, continúo después. (Meditaciones del libro de Maranatta - Consuelo)

Gracias y oren, no sea que caigamos en tentación

Para mis hermanitos y los del ENS en especial el glorioso

C. E. R

Que Dios los bendiga y la Virgen los proteja